La justicia de los más débiles

Ya lo comenté después del partido en el Bernabeu, después de ver la tarjeta roja directa a César Navas en el minuto 6 de partido y después de ver que el colegiado no era otro que Iturralde González, reconocido seguidor del Athletic.

La historia se repitió este domingo pasado ante el Levante, con Pino Zamorano de protagonista. Otra expulsión más que rigurosa que dejó al Nàstic afrontando más de medio partido en inferioridad en plena lucha por la salvación.

El último capítulo llega con unas declaraciones que leo en Marca del señor Ángel María Villar, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional. Villar dice que apuesta a que la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao terminan salvándose de la salvación. Hombre, si esto sucediese esta claro que el Nàstic se va de cabeza a Segunda, porque no creo que los que llevan toda la temporada ocupando zonas de descenso terminen salvándose todos ellos.

Desafortunadas palabras de Villar, que cómo máximo representante de la Liga no debería mojarse en ninguna de sus declaraciones a favor de un equipo o de otro, aunque todos sabemos de qué pié cojea.

Preparémonos, pues, para ver como en las diez jornadas que quedan el Nàstic se vuelve a ver perjudicado, una y otra vez, por polémicas decisiones arbitrales que no ocuparan las portadas del lunes, porque, al fin y al cabo, la cenicienta de la Primera División no surge tanto efecto en sus polémicas como otros a la hora de vender periódicos.

De momento, ninguno de los recursos presentados, primero al Comité de Competición y después al de Apleación, han surgido efecto. Todos desestimados. Y ha habido alguno más que sangrante a lo largo de la temporada, como el presentado por la roja directa que vió Ruz a los 20 minutos de juego en el partido en casa contra el Athletic, después de que el árbitro se inventara un penalti en contra del Nàstic.

La justicia a veces no es muy justa, lo sabemos ya, pero en el mundo del fútbol es totalmente injusta. Los grandes clubes se ven favorecidos por toda clase de favoritismos y permisividad. Sí, son los que mueven más dinero, pero también los que acumulan más deudas y los que no sufren consecuencia alguna por ello. El Nàstic, si se endeuda, se va al infierno de la Segunda B de cabeza. Los ejemplos de modestos desahuciados están ahí: Oviedos, Méridas…

Recordemos que el Nàstic es el equipo español que ha recibido una mayor sanción por altercados en el campo, con el cierre del Nou Estadi durante seis partidos hace cinco años, después de la fatídica visita del Polideportivo Ejido, que dejó a los granas en Segunda B y a un jugador visitante con la cabeza abierta por un botellazo. ¿Y el Sánchez Pizjuán? ¿Y el Camp Nou? ¿Y el Ruiz de Lopera? ¿Cuándo se van a cerrar estos estadios? Al Nàstic no le quedó más remedio que cumplir la sanción por los graves incidentes vividos en el campo. Los demás no la cumplen.

No tengo ninguna duda de qué se va hacer todo lo posible por mandar al Nàstic a Segunda lo antes posible. Se lo quitaran de en medio como un pollito ante una jauría de lobos. Ojalá me equivoque y, por una vez, se haga justicia y se deje a un modesto pelear sus opciones sin tener que luchar contra el árbitro y el equipo contrario.