El peor de los peores

“Hoy era sí o sí y ha sido que no” Así resumía Pinilla el resultado al final del partido. Pues sí, no le falta razón. Una vez más, ha sido “no”.

Esta Liga es de locos. Parece que los equipos de abajo se hayan puesto de acuerdo para alargar el sufrimiento colectivo de las respectivas aficiones. O ganan todos, o pierden todos. Ayer, jornada desquiciante para los colistas. Si uno de ellos hubiese ganado se vería hoy más cerca de la salvación o incluso fuera. Pero los de abajo están demostrando ser muy malos, y a estas alturas, visto lo visto, parece que compitan por ver quién es el peor. En años anteriores, y siendo la Primera División una de las mejores ligas del mundo, los que descendían eran los menos buenos. Este año, los que bajen a Segunda van a ser los “más malos”.

En contra de toda lógica, incluso perdiendo los equipos avanzan posiciones. El Celta comenzaba la jornada fuera del descenso, con 30 puntos y empatado con el Levante, que era el primero de los tres últimos clasificados. A la siete de la tarde, los de Stoichkov terminaban hundidos y goleados ante el Mallorca. Entonces comenzaba el Barça Levante. Los valencianos perdían por la mínima en el Camp Nou y salían del descenso gracias al gol average, dejando al Celta en el infierno de la tabla. A pesar de la derrota, el Levante salía del pozo porque el Celta había encajado más goles. Perra Liga.

Y por ahí sigue merodeando el Nàstic, moribundo y herido de gravedad después de ver como desaprovechaba otra oportunidad para meterse en la pomada. Una derrota dolorosa el día en que no se podía fallar. Pero el esfuerzo colectivo de los equipos de abajo por desvirtuar la competitividad de la Liga deja las cosas como estaban. El Nàstic sigue a seis del milagro, pero el milagro esta cada día más lejos porque quedan menos jornadas y porque ahora sí, por fin lo reconoció Flores, el equipo ha quedado muy tocado.

Le bastaron al Villarreal tres latigazos de sus cracks para torpedear a un Nàstic que volvió a demostrar que, por méritos propios, es el equipo que merece con más claridad arder en la pira de los descendidos. Impreciso y agarrotado en la primera parte, los granas reaccionaron algo en el segundo tiempo pero, el palo una vez, la falta de puntería otras, y finalmente Viera, impidieron que los hombres de Paco pudieran soñar con la machada de remontar el gol inicial de Forlán.
A quince minutos del final el Nou Estadi estaba medio vacío, y los 7.000 resignados espectadores que quedaban al final del encuentro no pudieron hacer más que aplaudir el golazo de Matías Fernández en el último minuto de partido.

Una semana más, nos tocará escuchar que mientras las matemáticas no digan lo contrario aun hay posibilidades de salvarse. Lo cierto es que los dos partidos que vienen ahora marcaran definitivamente el futuro del Nàstic en esta pobre Primera División. Visita al campo del Levante y después viene a Tarragona la Real Sociedad. Dos victorias podrían girar la tortilla y dejar al Nàstic con opciones en los últimos cuatro partidos. Pero visto lo visto en Mallorca y ayer parece difícil que este equipo se reponga de los dos últimos palos. A pesar de eso, hay que dar gracias de que el equipo tenga aun posibilidades reales de salvarse.
Tendrá que hacer méritos el Nàstic en estas seis jornadas que quedan para demostrar que no es el “más malo”.

Foto: www.elmundodeportivo.com