lunes, febrero 05, 2007

El largo y duro camino hacia la salvación


Era una jornada para el optimismo. Difíciles partidos en la zona baja de la tabla. El Nàstic podía sacar provecho de los resultados de los rivales directos. Pero el infierno de la tabla comienza a espabilarse ante la inminente quema de las llamas de la Segunda. Contra todo pronóstico la Real Sociedad aguantó en el Sánchez Pizjuan y se llevo un empate y el Levante se llevó los tres puntos del Bernabéu.

El Nàstic no dio un paso adelante, pero tampoco lo dio hacia atrás, que ya es importante. Se mantienen las cosas como estaban, a un punto de la Real y a nueve de la salvación, que la sigue marcando el Celta con 22 puntos. En la segunda vuelta, los hombres de Paco tienen que ganar 9 partidos y empatar uno. De momento, ya han sacado una victoria y ya tienen el empate. Así que, de momento, se están cumpliendo las previsiones, aunque todavía sea demasiado pronto para ser muy optimistas.
Lo más positivo es la capacidad demostrada por el Nàstic para empatar un partido que se había puesto cuesta arriba y el hecho de sumar, por primera vez esta temporada, dos jornadas sin perder. Ayer el Nàstic le perdió el miedo al rival y, de paso, se ganó algo más de respeto en la categoría.

Que nadie se engañe, esto va a ser difícil, muy difícil. Al Nàstic no le queda un camino de rositas por delante. Comenzar la segunda vuelta sin perder no significa que ahora todo vaya rodado. Por delante, hasta la última jornada de Liga (si se llega vivo), queda un camino de sufrimiento y esfuerzo muy largo. Un punto puede ser oro al final de la Liga. Hay que recortar, o no retroceder, jornada a jornada, poco a poco. Un trabajo de hormiguitas que requiere no perder la paciencia. No se van a recortar tres puntos cada jornada ni se van a ganar todos los partidos, pero en Tarragona hay que sumar el máximo de puntos posibles y ser un visitante fuerte que saque, por lo menos, cuatro o cinco empates en lo que queda de Liga. Todo lo que se pierda en casa, habrá que recuperarlo fuera.

Será bueno el empate en Vigo si de una vez por todas el Nou Estadi se convierte en un fortín y el Nàstic vence a Osasuna el próximo domingo. De lo contrario, se dará un paso atrás enorme y la distancia con la salvación volverá a quedar por encima de la barrera de los diez puntos.
El Nàstic no se rinde, ayer dio muestras de que las cosas están cambiando, de que la confianza de los jugadores está creciendo. Esperemos que esta reacción no se rompa y que, al final de temporada, podamos decir que no llegó demasiado tarde. La empresa no es imposible pero será larga, dura y quizás trágica.
Foto: www.as.com

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