¿Reacción o espejismo?

Parece que el Nàstic le tiene la medida tomada al Espanyol. En la primera jornada de Liga, Campano hacía soñar a los 6.000 aficionados que se desplazaron a Montjuic y a toda la afición con una temporada cargada de ilusiones. Pocos imaginaban el infierno que se avecinaba.

Hoy, el Nàstic ha vuelto a ganar al Espanyol, y esta vez se ha cebado. Han sido cuatro, todos en la primera parte, pero podrían haber sido seis o siete al final del partido si Portillo y César Navas hubiesen afinado un poco más la puntería. De todos modos, hoy los aficionados que se han desplazado al Nou Estadi en esta gélida tarde de enero han tenido la recompensa a tantos partidos de sufrimiento y decepción.

El Nàstic ha brillado. La defensa se ha mostrado sobria y sin fisuras, contundente e inteligente, sin complicaciones ni malabarismos. Buena aportación la de Navas en el eje de la zaga. Excelentes prestaciones las del “Pampa” Calvo en la banda derecha atacando, doblando, cortando y despejando. Si ha esto le sumamos el partidazo de Generelo y la soberbia actuación de Campano, encontramos a un equipo compacto, sólido e incisivo por las bandas. Destacar también a Pinilla, que sin destacar en lo visual, hace mejores a todos sus compañeros. El mismo Campano encuentra siempre en el capitán a un compañero aventurero en las internadas por banda, en el toque y la pared. Portillo no se parte el alma para recuperar balones y bajar a la medular a pedir que se la pasen, porque Pinilla siempre esta ahí, presto para apoyar a los dos medios centro en la salida del balón y servir a Portillo en lo que se pueda. Qué grande Pinilla “Maravilla”, como grita la afición.
Destacar también, porqué no, la actuación de Morales, que ha cumplido con su misión en el corte y la salida fácil del balón, sin complicaciones ni lagunas de juego interminables.
Espectacular por momentos el Nàstic, arrancando “olés” y olas en las gradas del Nou Estadi mientras la toca de aquí para allí y de allá para acá. Malditos diablillos, debían pensar los De la Peña y compañía, que no han olido una.

Y yo me pregunto: ¿espejismo o reacción? Esta claro que de jugar siempre así y de tener siempre la fortuna de cara a portería que hoy han tenido los hombres de Paco, el Nàstic debería terminar salvándose. Pero los granas están ahí por méritos propios y por méritos propios tendrá que salir del infierno.
Esta semana pasada se ha comentado mucho la segunda vuelta del Rayo Vallecano de la temporada 2001-2002, que desahuciado en el ecuador de la Liga acabó alcanzando la permanencia gracias a una segunda vuelta de ensueño. Y es que en esta situación uno se agarra a un clavo ardiendo.

Sería grande que el Nàstic repitiese esa misma gesta. El camino a seguir es el de hoy, pero tampoco lancemos campanas al vuelo. De momento, aguardemos desde la profundidad de la tabla como otros se hunden e intentemos llegar a la superficie, partido a partido, bocanada a bocanada… apurando hasta el último aliento de una Liga que hoy ha abierto una pequeña grieta de luz que ilumina tímidamente al colista. Y si al final podemos hacer la ola y cantar “olé” diremos…”Qué grande es el fútbol”

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