lunes, noviembre 20, 2006

La historia de siempre


Salió el Nàstic dando la sensación de que la de ayer podía ser una noche grande. Bien amarrado atrás y con un ritmo pausado de juego que no acababa en contragolpes precipitados, como ha sucedido en otros partidos. Sacó un buen número de corners y puso en apuros a César en un par de ocasiones. Los últimos diez minutos de la primera parte estuvo el Nàstic algo más desaparecido, permitiendo que el Zaragoza merodease con más peligro el área defendida por Rubén, pero la defensa estuvo concentrada y eficaz.
No estuvo tan concentrada y eficaz el primer cuarto de hora de la segunda parte, cuando el Zaragoza mató el partido. Primero, Aimar llegó solito hasta la frontal del área y fusiló a Rubén. Más tarde, un par de rechaces y un grave error de marcaje dentro del área habilitaron a Oscar para que hiciese el segundo. Partido acabado.

Eficacia máxima del Zaragoza, tres ocasiones de gol, tres goles. Eficacia nula del Nàstic, siete ocasiones de gol, ningún tanto en el marcador. Y es que el Nàstic, como tantas veces ya esta liga, mereció, al menos, el empate. Pero no supo definir y pagó cara su ineficacia ante un equipo que ni perdona el más mínimo error del contrario.

Así que el Nàstic se vuelve a Tarragona con un mal sabor de boca, una vez más, e inmerso en un profundo estado de reflexión que debe encontrar respuestas y soluciones ya mismo.
Hoy pasa revisión médica Rubén Castro, el nuevo fichaje grana para la delantera. Un jugador que tendrá que aportar goles y eficacia en ataque, porque de momento las cosas no están funcionando arriba. Ayer tuvo sus ocasiones Pinilla, Portillo y Gil (gran partido del brasileño) pero ninguno de los tres fue capaz de perforar la portería contraria.

El próximo domingo llega a Tarragona el Mallorca, otro equipo que vendrá vapuleado por el Barça y con ganas de sacarse la espina de los cuatro goles que le endosó ayer el equipo blaugrana. Contra el Mallorca hay que ganar sí o sí. Ya no hay más margen de error si se quiere llegar vivo a enero.

Quién merece un aparte es la afición del Nàstic, que ayer volvió a demostrar que ella nunca falla. Y es que, una vez más, la marea grana ganó por goleada. Una afición así se merece comenzar a festejar victorias lo antes posible.

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