Errores puntuales, consecuencias fatales
Mal. Así se puede definir con una sola palabra la actuación del Nàstic contra Osasuna. Si bien es cierto que el tempranero gol de Webó trastocó desde un inicio los planes de los hombres de Luis César, también hay que destacar el escaso poder de reacción de los granas.
El penalti sobre Makukula que el arbitro no pitó, un mano a mano entre Ricardo y Makukula, y un par de remates más del congoleño (incluido el remate con el que marca en fuera de juego) fueron todo el despliegue ofensivo que hizo peligrar la ventaja de los de Zignada.
No le falta razón a Luis César al final del partido cuando afirma que los pequeños errores se pagan caros en Primera. Y es que otra vez, al igual que contra el Celta, dos errores puntuales mataron al Nàstic. El Primero a los 47 segundos de partido. Mal despeje de Matellán, mala posición de Llera (estaban los dos demasiado juntos) y Webó que les gana la espalda a los dos y marca un gran gol. Partido casi sentenciado para Osasuna, que se dedicó a administrar la ventaja y a acercarse con peligro en ocasiones contadas a la portería de Bizarri. Un Bizarri que no tuvo más trabajo que el de recoger la pelota en dos ocasiones del fondo de la red. Y es que el segundo gol, tal y como afirmó al final del partido, es sólo culpa suya. Poca cosa más hay que decir del partido.
Lo que sí hay que decir es que el Nàstic, lejos de presentarse como una de las revelaciones de la Liga, tampoco presenta una candidatura clara y evidente al descenso. No fue peor ayer que Osasuna, como tampoco lo fue a grandes rasgos contra el Celta, pero perdió los dos partidos. Y es que precisamente esos errores individuales y puntuales le pueden acabar costando muy caro al final de la Liga.
A pesar de las numerosas e importantes bajas del equipo (Pinilla, Generelo, Merino, Mingo, Manolo Martínez) quizás es la hora de realizar cambios. Luis César no tocó la defensa en todo el partido, que tampoco estuvo desastrosa, pero no hubiese estado mal probar a Cáceres de central para no partir de cero en el próximo partido si decide darle minutos al jugador paraguayo.
Los jugadores del centro del campo que más están destacando en los primeros partidos de Liga son Juan Díaz y Abel Buades, a quién no se le encuentra la pareja adecuada después de las lesiones de Merino y Generelo. Campano se está mostrando, de momento, un poco perdido. A pesar de sus dos asistencias a Makukula de ayer, que derivaron en las dos ocasiones más claras para el Nàstic, el jugador andaluz puede dar mucho más de sí.
Portillo, que ayer actuaba más de mediapunta que de punta, se perdió en tareas de pelea y trabajo, y aunque su sacrificio es loable, al final se encontraba siempre demasiado lejos del área rival, dejando muy sólo al referente atacante, que ayer era Makukula.
Aunque los tiene, el Nàstic no mostró ayer recursos y réplica necesaria para remontar un partido. Es hora de seguir trabajando para que el equipo pueda resurgir y recuperar la confianza conseguida después de la primera jornada. No se avecina un calendario fácil y aunque todavía se encuentre a media tabla, el próximo domingo se podría sumar a la lista de “descendibles”. A trabajar y a puntuar.
Foto: www.elmundodeportivo.es
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