Campanazo

Corría el minuto cinco de la segunda parte cuando Abel Buades robaba una pelota en el medio del campo y, mientras los jugadores del Espanyol protestaban por posible falta, el jugador grana cambiaba el juego para Campano, que recibía en posición de ventaja sobre la defensa del Espanyol, controlaba el balón y esperaba el momento preciso para reventar la pelota y colarla en la portería de Kameni.

No podía debutar mejor el Nàstic en el retorno a la Primera División. Los granas dieron la campanada (o el campanazo) ganando al Espanyol en el estadio Lluís Companys y desplegando un juego que en muchos momentos del partido superó completamente a los “periquitos”.

Comenzó bien el Nàstic el partido, presionando al Espanyol muy arriba y tratando de tu al equipo de Ernesto Valverde, que no encontraba el modo de sacar el balón controlado. A pesar de todo, el Nàstic no creaba peligro y a partir del minuto 25 el Espanyol se fue arriba y comenzó a crear algunas oportunidades. Bizarri tenía que lucirse en un par de ocasiones sacando balones que los seguidores blanquiazules ya cantaban como gol.

El segundo tiempo empezaba sin cambios y el Nàstic volvía a irse arriba, a tutear al Espanyol hasta que a los cinco minutos Campano marcaba el gol para la historia, el primer gol del Nàstic en la Primera División después de 56 años recorriendo campos secundarios. La fiesta, que había comenzado en las gradas una hora y media antes del inicio del partido, llegaba a su punto más alto para los aficionados granas.

Y es que la marea grana desplazada hasta la montaña mágica de Montjuic rondaba los 4.000 aficionados granas (la mayor parte concentrados en el gol sur). Espectacular el ambiente que se respiraba en las inmediaciones del estadio antes del partido, y espectacular el recital impartido por la marea grana que tiñó de rojo las gradas del campo del Espanyol.

Un diez para Luis César y para su equipo, que mostró sus credenciales para quedarse en Primera, aunque quede mucha liga. Una gran defensa, líneas muy juntas y presión asfixiante. Y cuando tiene el balón no se esconde, no tiene miedo e intenta siempre jugar la pelota por el suelo y llegar con la pelota arriba tocándola.
Inmenso Abel Buades; luchador Juan hasta el final (¡qué gran fichaje!), que se ha comido a Zabaleta; muy sobria la defensa; excelente el espíritu de Pinilla; generoso el trabajo de Portillo para el equipo y salvador Bizarri.
Y otro diez para la afición, que no ha dejado de animar a su equipo en ningún momento y que ha engrandecido a un club que se merece lo mejor en la máxima categoría del fútbol español.

Queda mucha Liga, esto no ha hecho más que empezar. Se sufrirá muchísimo y otros días tocará jugar el papel que hoy ha interpretado el Espanyol. Pero el equipo transmite muy buenas vibraciones. Toca ir partido a partido y no perder la humildad que Luis César ha inculcado al equipo y que el club ha aplicado en su política de gestión. No hay que levantar campanas al vuelo ni dar nada por hecho, porque todavía está todo por hacer, pero, como no, mañana nos levantaremos todos con la certeza de que nada de esto es un sueño.

Fotos: www.as.com ; www.sport.es ; Marc Solé